Gerardo Masana y Les Luthiers

La seleccion de hoy no los va a llevar a un talento digital latino, sino a conocer mas sobre una venerable institucion de excentricos musicos argentinos que se han reido de la vida por mas tiempo del que muchos pueden creer. Maestros, adelante...

Muy chico, mis papas un dia invitaron a mis tios y tias a ver algo en la tele (eramos los unicos con TV a color de la familia!). Cuando llego todo el mundo, a cierta hora, nos mandaron a mi hermano y a mi a la cama, y luego invitaron a pasar a todo el mundo a el cuarto de ellos y cerraron la puerta. Caramba! Eso solo podia significar que algo MUY pesado iban a ver. Asi que, ni cortos ni perezosos, nos fuimos en puntillas con mi hermano a oir a traves de la puerta lo que ellos veian. Al poco rato empezo a sonar una musica rara y unos tipos que cantaban, y todos los adultos del otro lado de la puerta se reian, y del lado nuestro... pues tambien!

Eran unas historias chistosas y, como no veiamos nada, nuestra imaginacion volaba inventando como serian los escenarios en los que ocurrian esas cosas. La musica no era para nada corriente ya que salia de unos curiosos instrumentos que tambien hacian reir. Claro que nuestra oida era nerviosa, pues cuando salian comerciales u oiamos movimiento de pasos del otro lado de la puerta pues tocaba correr. Asi fue como, a eso de los 8 años de edad, conocimos a Les Luthiers y los volvimos un grupo de culto para nosotros.

Estos argentinos son un asombroso conjunto de musicos que lindan entre lo fantastico y lo delirante, con un virtusismo e inteligencia nada corrientes. Asi que hoy los invito a que revisen este par de sitios que muestran muchos datos de la banda. Primero, el sitio oficial de Gerardo Masana, fundador del conjunto a quien realmente no conocia y cuya historia me parecio hermosa, y luego, Leslu.net, un muy buen espacio desarrollado por amantes de la obra del grupo, con una cantidad de parafernalia que da gusto visitar.

Años despues tuvimos un desquite con mi hermano y vimos el show en vivo, en el Teatro Colon, pues ya eramos grandes. Pero, he de confesar que fue algo decepcionante para este fan chiquito que era yo darme cuenta que en escena podia ver tanto como a traves de la puerta. Es decir, nada, pues todo, al final, ocurre entre las orejas y el cerebro.