Memín Pinguín

Los largos y calurosos días en Barranquilla en casa de mis abuelos, durante las vacaciones escolares, fueron acompañados frecuentemente por la presencia de un chiquillo de México que vivía con su mamá, Eufrosina, y sus amigos del colegio. Sus historias nos llegaban gracias a los cómics (que ya no se consiguen!!!) y, siendo Barranquilla una ciudad costera tropical, esta historieta cuyo personaje central era moreno, fue siempre bien recibida. Si fuera yo a realizar en mi vida la labor que tuvo que hacer el personaje de la novela de Umberto Eco (La Misteriosa Llama de la Reina Loana), seguro tendría que encerrarme a revivir las tardes bajo el abanico leyendo a Memin Pinguin y tomando Kola Román.

Los autores de esta tira son Sixto Valencia Burgos, y la guionista Yolanda Vargas Dulché. Lograron vender de a 700000 copias por edición de su historieta, completando 25millones en los años que han seguido. Partiendo de la realidad urbana de cualquier ciudad latinoamericana, los autores moldearon sus personajes tras los modelos que se pueden encontrar en cualquier barrio. Lleno de picaresca y con un interés casi que educativo, nuestro héroe se tenía que enfrentar a las dificultades de la pobreza siempre intentando dejar una enseñanza. Los dibujos mostraban las diferencias entre clases sociales y caían en algunos clichés, eran lacrimosas, medio novela méxicana típica, pero bien, eran solo historietas!

El caso es que nunca, pero nunca, Memín fue una burla de la raza negra latina; no más que el Chavo lo fue de los blancos que habitan estas tierras. Al contrario, para millones de chicos latinos fue un amigo más cercano que su contraparte americana, Daniel el Travieso, o más recientemente, Calvin. Para entender a Memín hay que vivir en nuestros países. O por lo menos, en el mío: Colombia. Nuestra cultura se basa en la mezcla, en la riqueza de la diversidad que las razas aportan a la vida diaria. Así que, leer un cómic de Memín nunca fue una ofensa contra nadie, y las risas (o lágrimas) que llegó a producir siempre fueron sanas.

Resulta que ahora el gobierno mexicano lanzó una serie de estampillas con la historia del cómic y, como homenaje, hay toda una serie dedicada a Memín. Enhorabuena! Pero no, al parecer la distancia y la falta de contexto han llevado a los líderes afroamericanos a sentar su voz de protesta por lo que llaman una muestra de un "Jack Crow". CARAMBA! La importancia de la perspectiva y el contexto! Memín en nuestros países no es lo que ustedes piensan.

La obra del sr. Valencia Burgos es tan solo una muestra más de la cultura de un país que tiene que lidiar con la pobreza a diario y que ha aprendido a reirse de ella para permitirse seguir adelante. La misma cultura que generó a Cantinflas, al Chavo, a Capulina y más recientemente las Fábulas de ladrones de Trino... toda una serie de personajes marginados pero alegres, que con humor enseñaron valores y respeto a nuestras comunidades.

Para ponerlo en términos que puedan entender, Memín es a la cultura mexicana y latina en general lo que Fat Albert es a la americana. Recuerdo haber visto cuando chico los dibujos animados de esta pandilla y, tal vez sea muy patriota, pero me quedo con Memín. Era más... real? La forma como se pinta a Memín, Eufrosina, Carlangas, Ernestico es simple reflejo de nuestra realidad. Las cosas eran así y, en mi opinión, creo que hay más valor en mostrarlas con orgullo y usarlas para construir. Son parte de nuestra cotidianidad. De hecho, en Filipinas el Ministerio de Educación ha determinado como obligatorio leer esta historieta como parte de los cursos, ya que "fomenta en los estudiantes el respeto hacia la familia y las instituciones".

En palabras del presidente de Editorial Vid, quienes tienen imprimen la historieta aún hoy, "En los años 50 y 60 los índices de analfabetismo eran muy altos y muchos mexicanos aprendimos a leer tratando de saber qué decía 'Memín', hizo una gran labor, es un gran personaje que mantiene valores como la generosidad, la solidaridad, el amor y la amistad, que no deben perderse en México".

Estuve en México durante la salida en falso del presidente Fox al hacer un comentario desobligante sobre la raza negra (y si, creo que fue un error), pero en este caso, creo que se mira la situación fuera de perspectiva. Memín no es de esconder, y si sale en una estampilla, pues... que bien! Es tan mexicano como el Chavo! Merece el honor! No le dañen el momento... no creen? Creo que es importante poner en la balanza qué hace más daño: una montaña de Memines... o una hora de videos de los cantantes de hip-hop de hoy. Qué es más edificante? Cuál es una mejor muestra de una raza? Como diría C&C Music factory: Things that make you go hmmmmm!

Desgraciadamente no hay sitio oficial, pero para ver más, modelos en 3D, una foto del autor, y algunas otras reacciones internacionales, como esta en Chicago. La noticia pasa ahora a los diarios mexicanos (El Universal), y se pueden ver foros con las airadas reacciones de la población mexicana ante la propuesta del retiro y la realidad de la mirada discriminatoria que encuentran en la tira.

Ojalá pudiera volver ahora a la casa de los abuelos, y pasar una mañana en el patio, luego de comer arepa'e huevo de las de Eva, y volver a leer un Memín...